Ayer finalizó a las 5 de la mañana la segunda huelga en 6 semanas que la Alianza para el Taxi convocó para protestar por la decisión del Ayuntamiento de obligar a todos los taxis instalar dispositivos de GPS y lectores de tajetas de crédito en el interior de sus vehículos.
La huelga pasó bastante desapercibida entre los ciudadanos. Pocos taxistas secundaron la convocatoria, existiendo tres motivos para ello. Por un lado, los taxistas que consideran que la implantación de la tecnología es inevitable (o los que consideran esta un beneficio para su trabajo), por otro, los que llevados por la tarificación por zonas, decidieron que se trata de un día "para sacar mayor tajada". Por último, los que decidieron trabajar simplemente por que perdieron bastante dinero ya.
La emisora de radio WCBS AM informaba en la tarde de ayer que el impacto en el aeropuerto de LaGuardia era mínimo y los taxistas ofrecían entre cobrar por zonas o lo que marcase el taxímetro; los pasajeros normalmente elegían esto último.
Interesante perpectiva la que nos ofrece el siempre interesante Clyde Haberman, columnista de la sección de Nueva York del diario The New York Times: "Algo que no puede comprar el dinero"; algunos taxistas acudieron a la huelga para solicitar respeto y dignidad. A juicio de un conductor "nunca acuden a los taxistas para saber lo que necesitamos".
La huelga pasó bastante desapercibida entre los ciudadanos. Pocos taxistas secundaron la convocatoria, existiendo tres motivos para ello. Por un lado, los taxistas que consideran que la implantación de la tecnología es inevitable (o los que consideran esta un beneficio para su trabajo), por otro, los que llevados por la tarificación por zonas, decidieron que se trata de un día "para sacar mayor tajada". Por último, los que decidieron trabajar simplemente por que perdieron bastante dinero ya.
La emisora de radio WCBS AM informaba en la tarde de ayer que el impacto en el aeropuerto de LaGuardia era mínimo y los taxistas ofrecían entre cobrar por zonas o lo que marcase el taxímetro; los pasajeros normalmente elegían esto último.
Interesante perpectiva la que nos ofrece el siempre interesante Clyde Haberman, columnista de la sección de Nueva York del diario The New York Times: "Algo que no puede comprar el dinero"; algunos taxistas acudieron a la huelga para solicitar respeto y dignidad. A juicio de un conductor "nunca acuden a los taxistas para saber lo que necesitamos".
Fuentes:
The New York Times: City Cabdrivers Strike Again, but Protest Gets Little Notice (Taxistas locales vuelven a la huelga, pero la protesta es poco advertida).
WCBS Newsradio 880: Cabbies strike again (Los taxistas van a la huelga otra vez).
City Room (Blogs from The New York Times): Taxi Strike? What Taxi Strike? (¿Huelga de taxi? ¿Qué huega de taxi?).
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