Una de las noticias más comentadas en las últimas horas en medios de todo tipo en la región de Nueva York es la denuncia por discriminación por motivos religiosos formulada contra la línea B110.
La línea B110, que circula entre los vecindarios de Boro Park y Williamsburg, en Brooklyn, es una de las pocas líneas municipales de operación privada que restan en la ciudad de Nueva York [entre 2005 y 2006 los siete compañías privadas que operaban líneas bajo concesión municipal fueron integradas en la recién creada MTA Bus, poniendo sus operaciones bajo control público].
Sirve unos vecindarios con población mayoritariamente judía hasídica y, según la información publicada por el diario The New York World, publicación de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, las mujeres deben de viajar en la parte posterior del autobús. Una reportera del diario, que viajó en el autobús, fue “informada” por varios viajeros que debía de moverse a la parte posterior del autobús. Añadieron que “el autobús era privado” y que se trata de “un autobús judío”. Una reportera de CBS2 fue igualmente invitada por pasajeros y el conductor de esa línea a moverse a la parte trasera del vehículo.
La línea B110, operada por la compañía Private Transportation Corp., trabaja con una franquicia municipal obtenida en el año 1973, por la que pagó al Ayuntamiento la cantidad de 22.814 dólares en 2010 por los derechos de operación de la ruta, informa la publicación universitaria. Su aspecto es similar al de otros autobuses operados por la MTA, aunque la tarifa es de 2,50 dólares, pagadera sólo en efectivo.
Las leyes federales, estatales y locales prohíben la discriminación de género en prestaciones públicas. El sitio web de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de Nueva York considera que “cualquiera que provea bienes y servicios al público en general es considerada una prestación pública”. El Departamento de Transporte, responsable de la franquicia municipal, entiende que la línea B110 está sujeta a la legislación antidiscriminatoria, añadiendo que “esta es una compañía privada, pero es un servicio público” en palabras de Seth Solomonow, portavoz del Departamento. “La compañía tiene que acatar todas las leyes que le sean de aplicación”.
El alcalde, Michael Bloomberg, en una rueda de prensa ayer miércoles, dijo respecto a este asunto que la segregación “obviamente no está permitida” en autobuses públicos, añadiendo que las “personas privadas: pueden tener un autobús privado. Alquilen un autobús y hagan lo que quieran dentro de él”.
Aunque la denuncia respecto a la segregación en los autobuses de la línea B110 ganó atención mediática tras la denuncia de The New York World, éstas vienen de lejos. El blog Vos Iz Neias, dirigido a la comunidad judía ortodoxa de Nueva York, denunciaba el abarrotamiento de la línea de autobuses en febrero de 2009, añadiendo que cuando un conductor de autobuses intenta dar servicio a un número alto de viajeros, “hombres y mujeres están mezclados inaceptablemente”. Y en el foro NYC Transit Forum, se dedica un hilo específico a esta línea de autobuses.
The New York World informó ayer que la Comisión de Derechos Humanos local investigará la denuncia por discriminación y se comprometió a seguir el caso de cerca e informar a sus lectores.
Seguiremos informando.
En otros medios: NY1Noticias (vídeo, en español), CBS2 New York y The Gothamist.
Fotografía: Sasha Chavkin/The New York World
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