martes, 29 de enero de 2013

La Autoridad de Tránsito descarta poner puertas en los andenes por su alto coste

Buscará otras soluciones alternativas, menos costosas

Cartel de la campaña informativa iniciada en junio | mta.info
Cuando aún no se apagaron los ecos que produjeron las dos muertes en el metro acaecidas a finales del año pasado, en las que dos personas fueron empujadas a las vías en incidentes separados, la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA), en voz del presidente de la Autoridad de Tránsito de Nueva York Thomas Prendergast, afirmó que la MTA descarta que esta vaya a color puertas de embarque en los andenes del sistema, algo que conllevaría un coste de mil millones de dólares, cifra inasumible para la Autoridad debido a las estrecheces presupuestarias de la agencia.

En una reunión pública celebrada ayer en la sede de la Autoridad, también señaló Prendergast que, en contra de lo solicitado por el sindicato de trabajadores de tránsito (Local 100), no está en los planes de la MTA reducir la velocidad con la que los trenes entran en las estaciones, una medida que a juicio del presidente provocaría una reducción de la capacidad del servicio de un treinta por ciento y los posibles beneficios que pudiese provocar esta medida, se verían disminuidos por el hecho de tener los andenes abarrotados de pasajeros.

En cambio, se mostró dispuesto a otras medidas, como pueden ser la colocación de dispositivos que alerten a los maquinistas de presencia de personas en las vías para que tengan tiempo de frenar el convoy. Se cita una “tecnología anti-intrusión” como una posibilidad viable, aunque no hay una decisión tomada al respecto. La Autoridad está dispuesta a poner un sistema en prueba en la línea L.

Según datos de la MTA, en 2012, 141 personas fueron golpeadas por trenes y, de ellas, 55 fallecieron. De esas 141 personas, 54 tropezaron o cayeron a las vías con un tren aproximándose; 33 entraron en las vías de modo intencional, frecuentemente para recuperar objetos caídos; 33 intentaron suicidarse presuntamente; 9 se inclinaron en el borde del andén buscando un tren que se aproximase; 5 fueron empujadas; 4 tuvieron un problema médico que motivó su caída a las vías; y 3 cayeron a las vías entre dos vagones. Se estima que en un 24 por ciento de estos casos, había alcohol o drogas por medio.

La MTA inició una campaña de concienciación por toda la red y los anuncios de megafonía pregrabados ya incluyen la frase “Please stand clear from the platform edge” (Por favor, despejen el borde del andén) al anunciar la llegada de un tren.

El pasado 3 de diciembre, Ki-Suck Han, de 58 años, fue empujado a las vías y falleció atropellado por un tren Q en la estación de la Calle 49 y Séptima Avenida, en un caso que conmocionó al mundo por las imágenes que un fotógrafo “freelance” realizó del hombre segundos antes del fatal desenlace.

Tres semanas después, el jueves 27, Sunando Sen, fue empujado a las vías de la estación de la Calle 40-Lowery, al paso del tren 7 por una persona aparentemente con sus facultades mentales perturbadas, aunque luego la sospechosa declaró que lo hizo por motivos raciales.

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